Editorial
Trump 2, la gran incógnita para Estados Unidos y el mundo
LUIS HERNAN GAMBA Economía y Ciencia política Finanzas Corporativas y personales Mercado de capitales Análisis Coyuntura Docencia
La reelección de Donald Trump, contrario a los pronósticos sobre un resultado muy justo, se dio como una victoria apabullante sobre la candidata demócrata. Al parecer, la decisión del voto medio americano, incluido la porción hispana, estuvo determinada por factores primordialmente económicos, es decir “money in the Pocket”.
En un análisis muy básico, la economía americana en los últimos 8 años, en el periodo Trump 1, el crecimiento promedio fue de 1,48%. Durante el mandato Biden con los pronósticos para 2024 sería de 3,4%, la inflación promedio cierre año, 1,9% y 4,8% y tasa de desempleo 4,6% y 3,8% respectivamente. En una aproximación rápida del desempeño en estos tres grandes agregados se puede decir que el periodo Biden muestra mejores resultados que el primer periodo Trump en cuanto a crecimiento y empleo, en inflación Biden heredó el pico inflacionario y los efectos de expansión monetaria en la pandemia y postpandemia, sin embargo, dada la política monetaria FED, este indicador terminará el año en niveles similares a diciembre de 2019.
En ese orden de ideas, si el motivo principal del elector era la economía, la candidata Harris heredera de Biden, teóricamente tendría ventaja. Pero una cosa son los fríos números de los indicadores económicos y otra el sentimiento del votante, y desafortunadamente, la población americana, es decir el votante medio especialmente la última generación, ha experimentado un deterioro importante en sus condiciones de vida y sus hábitos de consumo los cuales han cambiado versus los de generaciones anteriores, que vivieron en la década de los 80 y 90 unos auges importantes de la economía. El empobrecimiento generalizado de la clase media vía la inflación, provocada por la expansión monetaria en los últimos veinte años, además de los dos periodos de alza de tasa de interés (2016-19;0,25% a 2,5%), (2022- jul 2024; 0,25% a 5,5%), como medida de control de la misma, ha golpeado de manera importante a la población de menores ingresos y por el contrario mejorado la posición de la porción de mayores ingresos, evidenciada en la capitalización bursátil de las grandes compañías si observamos el comportamiento, por ejemplo del índice S&500.
De otra parte, el aumento del endeudamiento del gobierno americano, el cual en este siglo se ha más que duplicado, medido como porcentaje del PIB (55%; año 2000 a 122% en 2024), indudablemente afecta el equilibrio macroeconómico y efecto monetario expansivo que conlleva.
La reelección de Trump no solamente satisface las expectativas de la población en términos de una esperanza que mejore la economía de los individuos sino también la de los grandes inversionistas, el salto del índice S&P500 fue de cerca al 5% en tres días, al igual que el Dow Jones y el DXY, índice que mide la fortaleza del dólar (2%), dicho de otra manera, los mercados son pro-Trump.
La gran incógnita es ¿qué de lo prometido en campaña aplicará el nuevo inquilino de la casa blanca y cómo afectará positivamente a esa economía individual?, ¿cómo las decisiones de economía política y geopolítica en realidad beneficiarán al americano promedio?
Solo señalando dos de sus anuncios que en realidad no son propuestas concretas, el aumento de los aranceles a los productos importados de china y otros países, desencadenaría en un problema inflacionario al consumidor final y dos, el tema migratorio, importante componente en la estructura del empleo en los Estados Unidos. Por último, los grandes patrocinadores de la campaña del electo presidente, las empresas de tecnología, ¿qué estarán esperando a cambio?
Es evidente la desconexión del pueblo votante con la realidad de lo que quiere y puede hacer el gobernante elegido y a qué intereses va a responder, el gran problema de las democracias hoy.